Los seres humanos nos protejemos con máscaras de soberbia que impiden que mostremos nuestro verdadero ser
CDMX, 6/3/2018. Este día los Maestros dijeron a Ramavajan: tenías que llegar, como fuera, pero tenías que arribar al punto donde te encuentras en estos momentos; aunque ya no tuvieras ojos o arribaras sin piel, como fuera; pero lo importante es que tenías que cruzar todo el peligro de estos años y alcanzar el punto marcado por nuestra misión, la zona de descanso y de seguridad donde te encuentras ahora. Aquí podemos curarte y ya no padecerás tanto por los ataques del camino contrario. Es en este sitio donde dará inicio tu reconstrucción. Y explicaron que, para llegar a esta zona segura, nuestro líder tuvo que cruzar las cuerdas de la energía de la eternidad (que no sabemos qué sean).
Llegaste muy afectado; sin embargo, se esperaba que tu daño al alcanzar esta parte de la misión iba a ser mayor —explicaron para nuestro asombro. Por eso cruzaste tan rápido las etapas y adelantaste todos los pasos; lo hiciste a gran velocidad, cumpliste todos los requisitos antes de tiempo —siguieron explicando nuestros Guías Espirituales. Al preguntar en qué dimensión se encuentra ahora el espíritu de nuestro líder, dijeron: en todas las dimensiones al mismo tiempo.
Ramavajan explicó: pasé lo más rápido que pude; tenía que cuidar mi integridad. Crucé tan veloz que me golpearon menos, me traicionaron menos; no les di oportunidad de atacarme ni de lastimarme tanto. Es como cuando, en la escuela, pasas entre dos filas y te dan una paliza todos los compañeros. Muchos te golpean pero, si cruzas más rápido, aunque tropieces y te levantes de nuevo, te tocan menos golpes. Incluso las personas del camino oscuro no tuvieron tiempo de organizarse; cuando trataron de destruirme, ya me había ido, me les había escapado y ya me encontraba en la salida. Incluso hubo demonios que no pudieron ni siquiera tocarme, aunque tenían toda la intención de hacerlo.
Pregunté el nombre del lugar donde se encuentra nuestro líder y dijeron que después nos lo dirán. Mi periodo de sanación ahora está a cargo de Nelluuz, ella vino a eso —añadió Ramavajan. Y explicó que lo primero que hizo al llegar a este punto de reunión fue —a niveles etéreos— pedirle a un "médico supremo" que se dedique a sanarlo las veinticuatro horas del día (adicionalmente a lo que hará Nelluuz en nuestro plano). Los Maestros sugirieron a nuestro líder: ya no te esfuerces tanto; en este punto, ya no tienes que hacer ejercicio; no es como antes que tenías que estar muy fuerte. Ya no necesitas contar con energía extra, porque aquí donde estás ahora ya no te vas a tener que pelear —aseguraron.